Como en todos los tiempos de esta Revolución, los niños se regodean en la alegre sonrisa y la felicidad de celebrar un Día Mundial de la Infancia, sin mayores preocupaciones que pasar una divertida jornada junto a sus maestros, padres y amigos.
Mientras, en otras partes del mundo se proyectan otras imágenes, en la que se cocina la crisis económica global, proliferan los pequeños en las calles al encuentro de una migaja de alimento, crece la insalubridad, y su día a día es una incertidumbre.
En Cuba, si bien existen carencias materiales, todos los niños tienen los mismos derechos y deberes, asisten a la escuela, tienen atención médica, comparten con sus compañeros, juegan y se divierten, disfrutan del cariño de sus familias y son tratados como los tesoros de una sociedad que vela por ellos.
lunes, 1 de junio de 2009
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