martes, 14 de septiembre de 2010

El Guerrero de Flores

Para Alfredo Guerrero Laffita, presidente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 26 de Julio, merecer el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba le inspira a seguir adelante. Ejemplaridad y consagración son sus principales métodos

Humildad a flor de piel, gesto noble, sincero y afable acompañan a Alfredo Guerrero Laffita, a quien se le ve ir y venir en los trajines de la CPA 26 de Julio, en el barrio de Flores del municipio de Banes. Muchos años acumula en el orden laboral. Sapiencia de viejo y no de diablo, reafirman el dicho por la experiencia, consagración y ejemplo sin límites, que le merecen el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

Desde un sitio de su entidad piensa en la distinción. Al fondo, la figura de Fidel y Raúl. Su mente vuela y comenta.

“Imaginarás lo que representa el título para mí y cómo honrarlo, hay que hacer un esfuerzo tremendo. Pienso que Héroes del Trabajo hay muchos en Cuba, incluso en el municipio y en la propia cooperativa, aunque no ostenten oficialmente la condición.

“Soy de origen campesino. Me inicié en el trabajo agrícola al lado de mi padre, prácticamente a los 8 años, porque las circunstancias del momento lo exigían.

“Hace unos días me reuní con pioneros de la escuela del barrio y les decía que fui un niño como ellos, pero diferente. Hoy tienen todas las posibilidades y seguridad para superarse y ejercer. Mi papá decía que para arrancar tribulillo no hacía falta estudiar, perderíamos el tiempo, y en aquel entonces tenía razón.

“Corté caña en varias zafras. Las familias campesinas trabajaban la tierra al 50 por ciento, no eran dueños. Luego del Triunfo de la Revolución, la vida cambió, vino la Reforma Agraria y nos dio la posibilidad de ser propietarios, y después pasamos a la cooperativa. Revivir esa historia y compararla con esta dice cuán comprometido estoy. Nunca pensé obtener este alto reconocimiento”.

CONSAGRADO AL TRABAJO

La CPA 26 de Julio exhibe rendimientos importantes. ¿Qué tanto de Guerrero hay en estos resultados?

“Puede que yo haya influido, pero existe otro grupo de compañeros, como la junta directiva y el Comité del Partido, que también tienen su exigencia en el trabajo, comportamiento y educación de todos. El 30 por ciento somos militantes y eso tiene su incidencia.

“Pero, sin faltar a la modestia, hay un ingrediente importante: la fuerza del ejemplo. No es posible exigir por lo que no capaz de hacer, y no es hacer lo que digo, sino lo que hago, eso da una fuerza tremenda.

“Todos los días me levanto a las 3:30 de la mañana y a las 4 estoy sentado aquí, preparo las tareas del día y de ahí para el campo a trabajar sin saber a qué hora terminaré.

“También, si hay que descargar un camión de fertilizante o madera, soy el primero, si hay que sembrar yuca o desyerbar un campo de caña ahí estoy. Trabajo todos los domingos, llevo 19 años sin coger vacaciones desde que se decretó el Periodo Especial. Es que sin la cooperativa no respiro.

“Hay una anécdota curiosa. En el VII Congreso, Fidel se interesó en saber el porqué los resultados de la cooperativa y le dije que el secreto era trabajar, trabajar y trabajar, no se me olvida.

“Realmente es lo que necesitamos hoy. Si lográramos que todos aportemos, cuidemos y protejamos los bienes, verdaderamente somos invencibles. Y los que estamos aptos tenemos la obligación de cooperar. Martí dijo que la tierra es la mayor de las riquezas y la única fuente honrada de riquezas es el trabajo, no solo el agrícola, pienso en sentido general: los maestros, médicos, ingenieros… pero el amor al trabajo, el hombre que trabaja y le gusta vive feliz.

LA CONDECORACIÓN

“Pensé mucho en mi padre cuando Raúl me condecoró, porque me educó en el principio del trabajo. Un haragán no sirve en ningún lugar que esté. El trabajo se dignifica con el mismo trabajo. La primera educación que tiene el niño es la familia y de ahí aprende lecciones.

“En el instante en que me condecoraron me temblaron las piernas, sentí largo el tiempo, pero Raúl da mucha confianza. La anterior medalla, la 17 de Mayo, me la entregó él; tengo 12 condecoraciones. Fue un momento fuerte, uno no está acostumbrado a estar frente a un hombre extraordinario. Me dijo: “Banense, a echar pa´lante”, y me dio en el pecho, eso nada más, pero eso es un libro casi.

“La Revolución nos ha dado bastante y llega el momento en que tenemos que darle a ella. Creo que los campesinos nunca podremos pagarle lo que ha hecho por nosotros.

EL CONGRESO

“El Congreso de la ANAP fue bueno y se hablaron temas importantes para el avance del sector. Los campesinos representamos el 80 por ciento de lo que se produce en este país (leche, carne, viandas, granos, vegetales y frutas).

“En nuestra CPA cumplimos. Tenemos las actividades de la caña realizadas, alcanzamos buenos rendimientos agrícolas, trabajamos con el propósito de implementar los acuerdos del Congreso en cada departamento. También, queremos rescatar algunas frutas que se han perdido en la zona, como el níspero, chirimoya, tamarindo…y crecer en todos los renglones. Para esto cada cooperativista tendrá una responsabilidad.

“Trabajamos en lo concreto, según nos lo permitan el suelo, los recursos y la lluvia. Crecimos en cooperativistas y la propia entidad también, tenemos más de un millón de pesos de ganancias. Llevo 29 años aquí, la rentabilidad era más moderada, ahora tenemos un principio, todo lo que se pueda producir lo hacemos, pero a partir del cumplimiento del objeto social”.

PENSAR Y CON MÉTODOS

“Uno hace algo para obtener resultados. Si hay una inversión mucho más. Soy un eterno inconforme, siempre quedan cosas por hacer y la insatisfacción de no haberla logrado. Cada día debe ser superior al anterior. Por eso el reconocimiento conlleva a seguir adelante. Lo han dicho los grandes pensadores, toda la gloria cabe en un granito de maíz”.

LA VIDA NO ES UN PEDAZO DE PAN

“Hay que atender al trabajador. La preparación, alimentación, salud de los cooperativistas es una preocupación de esta entidad. Incluso si está “peludo” o tiene una “pieza careada”, le llamamos la atención, pero para bien. Celebramos los cumpleaños, trimestralmente estimulamos a los compañeros, y le damos atención a cualquier otro problema. Apoyamos a la comunidad. Hemos hecho 30 obras para Comercio, Salud y Educación”, explica.

El rostro de Guerrero, marcado por las líneas del tiempo, representa a un implacable trabajador; su alma mucho espíritu; sus brazos la disposición siempre; su mente la inteligencia de quien busca algo superior.

“Quiero trabajar hasta el último día de mi vida, como expresó en una ocasión el pianista Frank Fernández, solo me separaría de mi profesión por esta causa. Trabajar para Cuba y la Revolución me hace feliz”.

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