Nada es más bello y sincero que la sonrisa inocente de un infante. La bienvenida del bebé al seno del hogar es todo un acontecimiento. Por eso es importante chequear desde los inicios la evolución de la criatura. El Programa Materno Infantil (PAMI) se lleva en todos los municipios de la Isla cubana. En el municipio de Antilla, provincia de Holguín, los logros son palpables.
Quizás para alguien 26 años es como beber un vaso de agua cuando la sed lo devora. O es posible que lo sientan como un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo para quiénes han trabajado arduamente en un programa de salud significa empeño, madurez, responsabilidades,… solo expresados en la cifra de cero mortalidad materna.
Eso es un logro del equipo médico del PAMI en el poblado antillano. Este mismo récord lo llevan en la mortalidad infantil desde hace un año. Ahora la curiosidad surge, ¿cómo pudieron alcanzar el éxito?
“Trabajamos juntos hospital y policlínico. Semanalmente nos reunimos para discutir los casos que se captan en las visitas de terreno. En esto juegan un papel importante los Consultorios del Médico de la Familia (CMF). La enfermera del área de salud visita uno y nosotros otro. Todo muy controlado por un plan de trabajo para realizar la inspección”, comenta la doctora pediatra Elga Karelín Reyes López.
“Además tenemos consultas con los niños de alto riesgo, ya sea con enfermedades crónicas de la infancia, bajo peso al nacer, el año pasado tuvimos siete casos de este tipo, o malformaciones congénitas. A estos últimos le damos seguimiento con el grupo de genética del área - continúa Karelín- trazamos planes de acción para chequear a los pequeños con situaciones similares a las anteriores o viven en lugares de difícil acceso.”
Según el obstetra Enrique Pittí Suárez, director del PAMI en el territorio antillano, se desarrollan consultas de evaluación, reevaluación e interconsultas en los CMF para las progenitoras.
“Tenemos un enfermero obstetra vinculado al Hogar Materno y a las visitas de terreno. Existe una atención diferenciada para las pacientes de alto riesgo. Aquellas con determinada patología o atenuante que pueda dificultar su embarazo: cardiopatía, abortantes habituales, desnutridas…”explica el doctor Pittí.
La implementación de los ultrasonidos tranvaginales como parte del programa de prevención del parto pretérmino y las biometrías fetales son otros avances importantes en el municipio.
Laborar en equipo les ha permitido el resultado. “La responsabilidad es de todos, somos más que un grupo”, señala Tania Batista-asesora municipal del PAMI, quien asegura que amén de las especialidades de cada cuál la preocupación es la misma en todos los casos.
El team de trabajo está compuesto además por la enfermera de genética, enfermera pediatra en vacunación y la que atiende el cáncer cérvico uterino. Aunque Pittí afirma que “en esto tiene que ver desde el anestesista hasta el que opera”.
Varias son las experiencias acumuladas en la hermosa labor. “Antilla es pequeño pero con áreas rurales distantes. Hemos tenido que movernos hasta por mar. En la Pelúa ya nos conocen. Cuando llegamos al pueblo ya saben por donde anduvimos, pues los tenis y el pantalón sucios nos delata”, comenta Karelín.
“Algunos llamaron el año pasado casualidad. Pero creo que la alegría de hoy está en el esfuerzo desprendido por todos. Las adversidades afrontadas no han sido mayores. Es reconfortante no tener casos de muerte materna o infantil”, figura Pittí.
Son médicos y enfermeras puestos en función continua de trabajo. Tienen un programa nombrado Los sábados para la salud. Ese día trasladan los servicios del policlínico a un área determinada.
Quizás para alguien 26 años es como beber un vaso de agua cuando la sed lo devora. O es posible que lo sientan como un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo para quiénes han trabajado arduamente en un programa de salud significa empeño, madurez, responsabilidades,… solo expresados en la cifra de cero mortalidad materna.
Eso es un logro del equipo médico del PAMI en el poblado antillano. Este mismo récord lo llevan en la mortalidad infantil desde hace un año. Ahora la curiosidad surge, ¿cómo pudieron alcanzar el éxito?
“Trabajamos juntos hospital y policlínico. Semanalmente nos reunimos para discutir los casos que se captan en las visitas de terreno. En esto juegan un papel importante los Consultorios del Médico de la Familia (CMF). La enfermera del área de salud visita uno y nosotros otro. Todo muy controlado por un plan de trabajo para realizar la inspección”, comenta la doctora pediatra Elga Karelín Reyes López.
“Además tenemos consultas con los niños de alto riesgo, ya sea con enfermedades crónicas de la infancia, bajo peso al nacer, el año pasado tuvimos siete casos de este tipo, o malformaciones congénitas. A estos últimos le damos seguimiento con el grupo de genética del área - continúa Karelín- trazamos planes de acción para chequear a los pequeños con situaciones similares a las anteriores o viven en lugares de difícil acceso.”
Según el obstetra Enrique Pittí Suárez, director del PAMI en el territorio antillano, se desarrollan consultas de evaluación, reevaluación e interconsultas en los CMF para las progenitoras.
“Tenemos un enfermero obstetra vinculado al Hogar Materno y a las visitas de terreno. Existe una atención diferenciada para las pacientes de alto riesgo. Aquellas con determinada patología o atenuante que pueda dificultar su embarazo: cardiopatía, abortantes habituales, desnutridas…”explica el doctor Pittí.
La implementación de los ultrasonidos tranvaginales como parte del programa de prevención del parto pretérmino y las biometrías fetales son otros avances importantes en el municipio.
Laborar en equipo les ha permitido el resultado. “La responsabilidad es de todos, somos más que un grupo”, señala Tania Batista-asesora municipal del PAMI, quien asegura que amén de las especialidades de cada cuál la preocupación es la misma en todos los casos.
El team de trabajo está compuesto además por la enfermera de genética, enfermera pediatra en vacunación y la que atiende el cáncer cérvico uterino. Aunque Pittí afirma que “en esto tiene que ver desde el anestesista hasta el que opera”.
Varias son las experiencias acumuladas en la hermosa labor. “Antilla es pequeño pero con áreas rurales distantes. Hemos tenido que movernos hasta por mar. En la Pelúa ya nos conocen. Cuando llegamos al pueblo ya saben por donde anduvimos, pues los tenis y el pantalón sucios nos delata”, comenta Karelín.
“Algunos llamaron el año pasado casualidad. Pero creo que la alegría de hoy está en el esfuerzo desprendido por todos. Las adversidades afrontadas no han sido mayores. Es reconfortante no tener casos de muerte materna o infantil”, figura Pittí.
Son médicos y enfermeras puestos en función continua de trabajo. Tienen un programa nombrado Los sábados para la salud. Ese día trasladan los servicios del policlínico a un área determinada.
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