La grandeza de espíritu provoca en las personas la bondad y el apego al prójimo. El amor a la cotidianidad. Saber apreciar el mundo que lo rodea y sobretodo entregarse a él. Así, en la fábrica Comandante Ernesto Che Guevara, en el municipio de Moa, labora un colectivo de vanguardias, que, a juzgar por su dedicación, adoran el terreno que pisan a diario.
Hasta el interior de la entidad niquelífera llegó este equipo de ¡ahora!, un tanto para descubrir sus intimidades, otro para conocer la otra cara de la producción. De pronto siete caballeros desfilan por la sala al encuentro con el equipo de reporteros. Primero un total silencio, nadie se atreve a romper el hielo. Luego se miran, y en una especie de complot aluden a José Ramón Correa Real, el cacique de los vanguardias nacionales de la fábrica.
Trabaja en las minas como operador de grúa escabadora. Comenzó en 1984 en la fábrica, es fundador de las minas. Su récord de vanguardia asciende a 15 años aproximadamente.
Inicialmente laboró en Pedro Sotto Alba, luego en René Ramos Latour, -“aquí fui vanguardia provincial por siete años”-aclara Correa. Por los conocimientos que tenía ayudaba a los demás compañeros. Incluso estando en Nicaro. Cuando regresé seguí apoyándolos. "Mis mayores aportes están en el ahorro de energía, en el aprovechamiento al máximo de la jornada laboral, trato de explotar lo más que puedo el equipo. Además mensualmente tributo en cuc al PAMI, aún sin haber devengado, pues siempre dejo una reserva para esto”.
El abuelo, como lo llaman sus compañeros, es incansable en el trabajo. Lleva dos años laborando un promedio alrededor de 500 horas o más. “Claro, la familia apoya mucho, la medalla que recibo es para todos en casa”, sonríe. En esa sonrisa lo acompañan los demás. En la lista de espera le toca a Luis Manuel Videaux, jefe de brigada en la planta de horno.
“El corazón de la fábrica, es muy peligroso trabajar aquí, y complicado a la vez. Hay muchos gases, la temperatura alta”, manifiesta. Vanguardia desde hace ocho años. Se hizo un hombre en la entidad. “Tenía 17 años cuando llegué aquí, prácticamente un niño, ahora tengo 38”- cuenta-aprendí mucho con las personas de más experiencia. Me hice militante de la UJC, del PCC y ahora soy el secretario del núcleo del partido”.
Cuida con mucho celo su terreno. Su sección sindical, una de las mejores en la planta, ocupa el primer o segundo lugar en la emulación. Orgulloso manifiesta su preocupación. Siente tanto como el que la dirige y se nutre de las experiencias de los demás para no cometer los mismos errores en la suya.
Al mirarlo parece alguien muy serio. Sin embargo, cuando cruzas palabras te percatas del entusiasmo. Gusta emular. “Pago el sindicato antes de que comience el año prácticamente, y doy un aporte extra a la MTT, la pago doblemente”, dice.
Al igual que Corona tributa al PAMI. Se encuentra entre los cinco más destacados en el centro. “Siento que es un gesto noble y me satisface el uso que se le da a ese dinero. En lo que va de año he donado 20 cuc”. El compromiso con su puesto significa mucho para Luis Manuel, quien apunta “la fábrica me dio la oportunidad de hacerme un hombre. A pesar de lo difícil que es esto aquí, es apasionante, es como si fuera la casa, pasamos mucho tiempo cuidando de la producción y del buen funcionamiento de todo”.
Otro que aguarda atento es Raúl Siloto, vanguardia nacional durante seis años aunque no de forma consecutiva. Trabaja en la mina como chofer de tiro de mineral. Lleva 23 años en empresa Che Guevara.
Sus inicios fueron como electricista automotor. Luego, como en casi todos los casos, por reajustes que tuvo la fábrica en los años ´90, producto al derrumbe del campo socialista, fue movilizado a la agricultura, a los frentes mambises por dos años. Fue miembro de las BTJ y condecorado con el sello “Forjadores del Futuro”. La tarea innovadora la ejerció precisamente en los tiempos de la caída del modelo de la URSS. Haciendo uso de su ingenio echó a andar los carros.
Con satisfacción, afirma, “Quien me da el vanguardia es Correa, si no me carga el carro no produzco. Además para ser bueno debes sacrificarte, le resto tiempo a la merienda y al almuerzo, lo aprovecho en el trabajo. Soy de los que verifica el material de carga”, asume.
Pero Orquide Escalona, soldador, no se queda atrás. Lleva 21 años en la fábrica y como vanguardia ocho. Trabaja en la planta producto final del mineral. Vela porque la eficiencia metalúrgica, sobretodo, sea máxima aquí.
Es un anirista destacado en la fabricación de piezas de repuesto y recuperación de los mismos. Realiza trabajo voluntario, y como el resto del team roba horas del descanso para tareas en la planta o fuera de ella. Uno de los nueve más destacados en el aporte al PAMI.
En el seno de la Comandante Che Guevara labora también Miguel Guerra Basalto. Mecánico A es su calificación, y pertenece a la planta termoeléctrica del Departamento de servicio energético (compresores, bombas). “Llevo todas las reparaciones, en la planta completa y en calderas”, explica. Anirista con trabajos premiados.
El resto del equipo lo conforman Juan Arcos Aguilera, mecánico, y Jesús Miguel Reyes Silva, ayudante de la Brigada de limpieza y lixibiación. La consagración de ambos va por el mismo camino de los demás.
El valor de estos hombres es enorme, en una fábrica de proceso continuo, con calidad, llegan y no saben a la hora que se van. Son los encargados de representar el nombre de la fábrica, por eso para ellos no existe el “no”. En cuanto solicitan su ayuda dispuestos la brindan, ya sea en obras de la Batalla de ideas, Sociales, o en cualquier otra parte.
El equipo de reporteros se marcha satisfecho por el calor humano que se respira en el ambiente de la fábrica. La promesa de volver quedó hecha. Ya descubrimos la otra cara de la producción, los trabajadores del níquel.
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